Estaba haciendo lo que llevaba bastante tiempo deseando
hacer: ir caminando, bajo un cielo plomizo, desde el pueblecito donde me
alojaba hasta el monasterio de Veruela. Visitar dicho monasterio, fui el único
visitante, e irme luego por aquellos caminos, un día a Trasmoz, otro al parque
natural y otro a Añón. En total fueron tres o cuatro días de caminatas,
reflexiones y diálogos conmigo mismo y con mis fantasmas. Quizás como también
hiciera Gustavo Adolfo Bécquer en su momento. Iba por los mismos sitios por los
que, sin duda, caminó él, solo o en compañía de su hermano Valeriano. Yo iba
solo. Hacía frío pese a no estar ya en invierno.
Esta página intenta ser un espacio multicultural donde todas las personas con inquietudes artísticas, en cualquier terreno que sea puedan publicar sus creaciones en forma libre y sin ningún tipo de censura. Son bienvenidas todas las muestras de las bellas artes que los lectores del blog nos quieran acercar. El único criterio válido es el de la expresividad, y todo aquél que desee mostrar sus aptitudes no tendrá ningún tipo de censura previa, reparos o correcciones. Este espacio pretende solamente ser un canal más donde los artistas de todas las latitudes de nuestra Iberoamérica puedan expresarse. Todas las colaboraciones serán recibidas ya sea en nuestro correo todaslasartes.argentina@gmail.com o bien en nuestra página en facebook denominada "Todas Las Artes Argentina" (Ir a http://www.facebook.com/profile.php?id=100001343757063). Tambièn pueden hacerse amigos de nuestra Página en Facebook yendo a https://www.facebook.com/pages/Todas-Las-Artes-Argentina/249871715069929
viernes, 29 de agosto de 2014
jueves, 28 de agosto de 2014
RELATO CIEN ©, por Carlos Alejandro Nahas, de Buenos Aires, Argentina
Tenemos con mi esposa este blog desde hace casi cuatro años. Según cómo se mire es un éxito o un fracaso. Si se mide por los beneficios mensurables en dinero, es un fracaso. Si se mide en la calidad y cantidad de gente que nos manda colaboraciones, la gente que nos lee en todo el mundo, el placer de la lectura y demás artes per se es un éxito. Yo prefiero pensar que es lo segundo porque jamás nos propusimos una meta económica.
miércoles, 27 de agosto de 2014
RECUERDOS DE MI ESCUELA© por Myriam Jara, de Buenos Aires, Argentina
Y la niña con trencitas,
Zoquetes y valijita,
Con las piernas temblorosas
Se sumergió en el recelo.
Muy poco duró el miedo;
martes, 26 de agosto de 2014
HAMBRE, por Miguel Ábalos, de Montevideo, Uruguay
Nadie sabe quién
lo empezó a llamar Pilo desde muy chico, que es el nombre de un pequeño arbusto
con flores amarillas oriundo de Chile. Había nacido en un viejo conventillo del
Barrio Sur.
lunes, 25 de agosto de 2014
LOS SEÑORES DE GONCALO TAVAREZ - NOVEDADES EDITORIALES
“El Barrio es una especie de utopía: un
espacio sin localización geográfica ni temporal. Los nombres de los personajes
de este barrio son homenajes a escritores y artistas, pero los personajes son
puramente ficcionales”, dice Gonçalo Tavárez en la nota de autor de los relatos
que fueron editados por separado y luego constituyeron un volumen que Interzona
acaba de editar Los señores. Lo curioso es que en la vecindad de la que
habla el portugués conviven personajes con los emblemáticos nombres de Brecht,
Valery, Borges, Calvino y Juarroz.
viernes, 22 de agosto de 2014
DESOLACIÓN, por Vicente Adelantado Soriano, de Valencia, España
Tened presente que si
en una sociedad no se observa una equitativa repartición de derechos, de
deberes y de prerrogativas, de forma que los magistrados tengan un poder
suficiente, una suficiente autoridad el senado, y suficiente libertad el
pueblo, no puede esperarse una situación estable de la constitución del Estado.
Cicerón, República.
Vencida de la
edad sentí mi espada.
Y no hallé
cosa en que poner los ojos
que no fuese
recuerdo de la muerte.
Francisco de
Quevedo, Salmo XVII
jueves, 21 de agosto de 2014
DÍA DEL NIÑO, por Eva Marabotto, de Buenos Aires, Argentina
Cuando
la película terminó, pensó que quizás, el cine había sido una buena opción.
Franco estaba radiante. Se había olvidado de las peleas entre él y su madre. De
la separación, del cambio de escuela y de las cientos de transformaciones que
habían sobrevenido en su vida en los últimos meses. Por eso él había querido
que pasase su día de un modo especial.
miércoles, 20 de agosto de 2014
LA LUZ ENTRE LOS OJOS©, por Myriam Jara, de Buenos Aires, Argentina
Cinco años… cinco años y ocho horas para ser más precisa ¿Cuántos minutos?
No; eso sí que no podía recordar, y no era posible porque no era el caso, dadas
las circunstancias de esa fresca y gris mañana otoñal, que mirara el reloj; una
lástima no tener la exactitud de los minutos porque fue el día cuando la
brújula vital enloqueció y lo mutó ciento ochenta grados, pero la hora no, la
hora no podía olvidarla. Él siempre se ajustaba a su rutina. Ocho de la mañana
¿Cuántos minutos? Debería haber mirado el reloj y sin embargo no lo hizo; él,
tan pendiente de los minutos, viejo seguidor de las tradiciones, entre ellas la
puntualidad, no lo hizo, no tuvo tiempo; calculaba, ambiguamente, que serían
cinco o siete minutos, a lo sumo, pasadas las ocho.
martes, 19 de agosto de 2014
¡SABOR!, por Rolando Revagliatti, de Buenos Aires, Argentina
Rotos los huevos y la tortilla dada vuelta:
“mierda oficialista / rejunte opositor”:
sabor a nosotros
lunes, 18 de agosto de 2014
UNA SEMANA EN LA NIEVE DE EMMANUEL CARRERE - NOVEDADES EDITORIALES
Los temores infantiles, las inseguridades de una etapa en la vida
de una persona en la que los miedos pueden convertirse en pesadillas son los
temas que aborda Emmanuel Carrère en su novela Una semana en la nieve que
editó Anagrama.
viernes, 15 de agosto de 2014
DENADIE por Andrés Berger Kiss, de Medellín, Colombia.
Ojeando
mi cuaderno de apuntes, brego por leer la
entrada fechada martes o miércoles, 10 de mayo de 1986, Selva del Urabá,
pero los borrones hacen difícil la lectura. Hay trozos ilegibles. Ni la fecha está clara. El 8 en 1986 parece ser un 6. ¿Estaría yo aquí en 1966? Si es así, sería una diferencia de 20
años. Bueno, podría ser. Yo regreso cada vez que puedo. Aquí me siento como en casa. Ya se me perdió la cuenta de las veces que
vengo.
jueves, 14 de agosto de 2014
PORQUÉ ESCRIBO ©, por Carlos Alejandro Nahas, de Buenos Aires, Argentina
Las razones de quien escribe son múltiples. Algunos lo hacen por ego, otros como distracción, otros para comer. Existen millones de causas a la hora de ponerse sobre la computadora y comenzar a hilvanar una palabra tras otra.
miércoles, 13 de agosto de 2014
AMIGOS... SON LOS AMIGOS, por Elizabeth Oliver de Abalos, de Montevideo, Uruguay
Alrededor de la mesa del simpático café de barrio
que solían frecuentar, un grupo de amigos pasaba la mayor parte de sus horas
libres entre amenas charlas, cervezas, algo simple de comer y mucho café. Desde
chicos, asistiendo al mismo club deportivo, se habían hecho inseparables.
Independientemente, cada uno cumplía lo suyo con efectividad. En grupo, sin
tendencia política, les importaba lo social, buscando formas eficaces de
solucionar problemas a corto plazo y aportando
también su tiempo para lograrlas. Eran tres muchachos y una chica:
Diego, Matías, Dante y Sara.
martes, 12 de agosto de 2014
INFORME, por Rolando Revagliatti, de Buenos Aires, Argentina
Pocos
edificios concentrados en las manzanas que lindan con la plaza; el más alto
llegará a quince pisos. Las casas tienden a la sencillez. Las más antiguas, con
los jardines encerrados por muros de los que sobresalen enredaderas y estrellas
federales. Las puertas, de hierro, pintadas de verde. De las que no están
pintadas de verde... nadie atinaría a definir el color. Espaciosas estas casas,
y cuidadas, con esmero incierto. Y casi todas las modernas, lo son por haber
sido restauradas. Hay calles con apenas unos arbolitos, recién plantados. Otras
ostentan muchos, y añosos. Los canteros de la plaza, maltratados; los bancos de
madera, rotos; los juegos no, curiosamente. Sólo hay una avenida. Y calles
anchas, bien señalizadas, de tránsito rápido. Las cortadas, cercanas a la
iglesia. Sobre la avenida, las galerías principales. Dentro de la más vistosa,
la confitería bailable mejor montada. No hay cines ni hoteles para parejas,
pero sí el teatro de una cooperativa, con su edificio al lado de la comisaría.
Las instituciones bancarias, en esquinas, pero no las farmacias. La plazoleta,
con los puestos, escasos y alicaídos, de compra y venta de libros, embaldosada.
Al barrio lo atraviesan varias líneas de colectivos (y con ninguna se llega al microcentro).
lunes, 11 de agosto de 2014
viernes, 8 de agosto de 2014
UN VIEJO LIBRO, por Vicente Adelantado Soriano, de Valencia, España
Es enormemente
ridículo que algunos piensen haber fundamentado suficientemente sus opiniones,
guarecidas y afirmadas sin razón alguna, sólo con que deshagan de algún modo
las razones verdaderas de su contrario, no advirtiendo que no es lo mismo
destruir la casa del enemigo que construir la de uno.
Juan Luis
Vives, Las disciplinas.
A veces conseguir un
libro es toda una aventura. Pedir un libro en una librería convencional, cuando
este tiene más de cinco o seis años, o sólo dos o tres, es arriesgarse a que lo
miren a uno con cara de escepticismo, cuando no de terror; depende de la
educación del librero, de la confianza con el comprador, y de sus
conocimientos. Tras contemplar la pantalla del ordenador, el librero, ante la
cara de ansiedad del cliente, deniega con la cabeza, frunce el ceño, y afirma
lo ya sabido: que el libro tiene sus años, y que ya hace tiempo que está fuera
de circulación. Queda entonces lanzarse a la búsqueda del vetusto ejemplar por
otros derroteros, las librerías de lance por ejemplo. Ahora, afortunadamente,
ya no hay que recorrer todas estas librerías de la ciudad, y de otros lugares,
trotando de aquí para allá. La inmensa mayoría de ellas están ya
informatizadas; el amplio catálogo de sus libros figura en la red, así que es
relativamente fácil dar con lo que se busca, si que es que todavía existe.
jueves, 7 de agosto de 2014
CARCOMA, por Eva Marabotto, de Buenos Aires, Argentina
Cuando la carcoma llegó Juan estaba
solo. Matilde había viajado por trabajo e iba a volver de un momento a otro.
Pero imprevistamente, la ciudad y la gente se volvieron otras. El primer
paciente fue un viejo que pedía monedas en el subte. Lo encontraron muerto en
un andén, con el rostro desfigurado. Nadie se animaba a tocarlo por temor al
contagio hasta que alguien propuso pagarle a un indigente para que se llevase
el cuerpo. Aquel hombre apareció tirado en la puerta de una galería comercial
abandonada. No respiraba y tenía las facciones carcomidas por un mal que nadie
pudo identificar. Lo reconocieron por las ropas que llevaba y por la bolsa de
color chillón en la que había guardado el dinero que le dieron. Eran sus únicas
pertenencias.
miércoles, 6 de agosto de 2014
MANÍAS, por Miguel Ábalos, de Montevideo, Uruguay
Creo que todos los seres humanos
tenemos nuestras manías –por llamarlas
de alguna forma– que en el correr de los
años van en aumento hasta que se convierten en algo casi patológico. Por
ejemplo cuando después de cerrar la puerta
–desde afuera cuando se sale o desde adentro para irse a dormir– se verifica en más de una oportunidad si
quedó bien cerrada, tratando de disipar la duda de haberla dejado abierta.
martes, 5 de agosto de 2014
LA ÚNICA LUZ DE LA SALA, por Nechi Dorado, de Santa Teresita, Argentina
Ilustración
“La mujer y el gato” de Beatriz Palmieri
El rugido del
viento hacía pensar que algún demonio errante intentaba ingresar en la
habitación descascarada, donde solos, una mujer y un gato color óxido, compartían
las horas de cada día y cada noche.
lunes, 4 de agosto de 2014
viernes, 1 de agosto de 2014
ESCLAVITUD Y COLAS, por Vicente Adelantado Soriano, de Valencia, España
Siempre resulta un
poco absurdo, y un tanto pretencioso, como se hace y se ha hecho a menudo,
definir una época, un tiempo o una generación, con una simple palabra, una
frase más o menos ingeniosa, o una broma. Cierto es que, en todas estas formas,
hay una parte de verdad; pero no es menos cierto que, a veces, la vida nos
sorprende y resulta un poco más compleja y abigarrada de lo que encierra una
simple definición. Encajarla entonces en una frase es como tratar de meter una
manguera de riego en el estuche de un anillo de pedida.
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