Tu mano sobre la mía, la sensación de sentirse amado. Un camino, la promesa.
Un río de sol en secreto bajo el cuerpo, el aura de la vida. La risa, los blancos dientes abrigando la ternura, mientras el mundo envuelto en la desesperación se aleja del amor. No es la verdad ni la codicia, ni la enajenada impotencia que nos deja sufrir. Estamos en este mundo, sobre el silencio de las cosas. ¿Oyen como el sonido hace sus melodías sobre el aire?. Respiro hondo, con las ganas de alejar las desgracias sobre este estado de miserías. El amor colmandolo todo, hasta el infinito atomo que nos bordea con el cuerpo en sus torrentes. Veo cuando te alzas en los columpios del alma y todo este desorden se enciende en el color. Nada de razones, quizás el instante donde la mirada se mueve en conjunción con las pupilas inundadas de luz.
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